viernes, 22 de enero de 2016

120



Como centinelas atentos al oriente,
como mendigos alegres delante del festín
por la deliciosa fantasía desplegada –
como arroyos en desiertos, que balbucean dulces
para un oído muy lejano al deleite –
el Cielo estafa a quienes se rinden.

Como el mismo centinela, cuando el oriente
destapa cubiertas de amatista
y permite que salga la mañana –
Como el mendigo cuando es invitado de honor,
esos labios sedientos apretados contra las jarras.
Si es verdadero, para nosotros es el Cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario