¿Tienes un arroyo dentro
de tu pequeño corazón
donde las flores se
abren, tímidas,
donde luminosos pájaros
bajan a beber –
donde las sombras
tiemblan mucho,
aunque nadie sabe, debido
a que fluye
con inmensa quietud , que
ahí hay un arroyo?
No obstante, tu minúsculo
trago de vida
a diario es bebido en ese
lugar.
Así pues, debes prestar
mucha atención
a ese modesto arroyo en
marzo,
cuando los ríos salen de
su cauce,
y las nieves vienen con
excesiva prisa
de las montañas,
y los puentes tienen por
costumbre desplomarse –
Más tarde, puede suceder
en agosto,
cuando las praderas se
resequen
debes tener mucho
cuidado.
No sea que ese diminuto
arroyo de vida
durante algún ardiente
mediodía
termine secándose.
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