martes, 12 de enero de 2016

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No nos detendríamos en una flor tan pequeña –
si no nos trajera de nuevo, tranquila,
nuestro diminuto jardín perdido
de nuevo al césped –

Tan sabrosos oscilan sus claveles –
Tan ebrias se bambolean sus abejas –
Tan argentinas brotan cien flautas
desde cien árboles –

que quien observe esta pequeña flor
por fe consigue contemplar de manera clara
a los pájaros charlatanes alrededor del trono

a los dorados dientes de león. 

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