viernes, 15 de enero de 2016

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Algunos, muy frágiles para los vientos de invierno,
están rodeados por la tumba pensativa –
que los abriga tiernamente contra el frío
antes de que sus pies se congelen –

Nunca el precavido sepulcro
muestra los tesoros de su nido,
construyendo donde el escolar no se atreve a mirar,
donde el atleta no se arriesga.

Este refugio es propiedad de todos los niños
pronto envejecidos, y a menudo fríos.
Gorriones descartados por el padre –
Corderos a quienes el tiempo no dispuso un redil. 

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