Aún no se lo he contado a
mi jardín –
por temor de que me
conquiste.
No tengo bastante fuerza
ahora
para decírselo a la abeja
–
Evitaré nombrar esto en
la calle
porque las tiendas se
quedarían mirándome fijamente –
Que una mujer tan tímida
– tan ignorante
tenga el descaro de morir
no es conveniente que las
laderas –
donde tanto he vagado –
lo sepan –
ni decirles a los amados
bosques
el día en que partiré –
ni susurrarlo en la mesa
–
ni por descuido ni de
paso
insinuar que dentro del
Misterio
una mujer va a caminar
hoy –
No hay comentarios:
Publicar un comentario