sábado, 2 de enero de 2016

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Solía pasar por la aldea
cuando de la escuela volvía a casa –
y me preguntaba qué harían allí –
y por qué todo aquello era tan silencioso –

Ignoraba entonces el año
en que llegaría mi llamado –
según las indicaciones del reloj, antes
de que se hubieran ido los demás.

Esto está más callado que la puesta de sol.
Más frío que la aurora –
Las margaritas se atreven a venir aquí –
Y los pájaros pueden aletear a ras de suelo –

Así pues, cuando estés cansado –
O - perplejo – o congelado –
confía en la promesa de amor
bajo la mantilla,
clama “Soy yo”, “Toma a Dollie”,

y yo te abrigaré. 

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