Hay una palabra
que lleva consigo una
espada.
Puede atravesar a un
hombre armado –
Arroja sus punzantes
sílabas
y se torna muda de nuevo
–
No obstante donde cayó
los sobrevivientes
declararán,
en patriótico día,
que algún hermano con
charreteras
entregó su vida.
Dondequiera que corren
las lentas
palpitaciones del sol –
Dondequiera
que ande el día errabundo
– Ahí está
su pequeño ruido
acechante – su victoria.
He aquí al más agudo
tirador –
El disparo más perfecto.
El más sublime blanco del
Tiempo
es un alma olvidada.
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